Luis Benvenuty nos describe en la edición de esta mañana de La Vanguardia
una de las últimas procesiones que se han sumado a los actos religiosos en la
cartografía metropolitana en Semana Santa, el encuentro, en el barrio del Fondo
en Santa Coloma.
Migrari ha recordado un informe (1) que encontró en la Biblioteca Nacional, elaborado por la sección social de Caritas española en 1958, sobre los hábitos religiosos de la inmigración firmado por Rogel·li Duocastella que resume su tesis doctoral publicada en 1955. Doucastella es uno de los discípulos de la escuela de la sociología cristiana francesa y es, junto al doctor Siguan uno de los grandes impulsores de la sociología en Catalunya.
Duocastella sostiene que los emigrados procedentes de las provincias del sur de España eran menos religiosos que los que procedían del norte de la Península, una idea que seguramente desvirtúa algunos rudimentos del imaginario social.
Migrari ha recordado un informe (1) que encontró en la Biblioteca Nacional, elaborado por la sección social de Caritas española en 1958, sobre los hábitos religiosos de la inmigración firmado por Rogel·li Duocastella que resume su tesis doctoral publicada en 1955. Doucastella es uno de los discípulos de la escuela de la sociología cristiana francesa y es, junto al doctor Siguan uno de los grandes impulsores de la sociología en Catalunya.
Duocastella sostiene que los emigrados procedentes de las provincias del sur de España eran menos religiosos que los que procedían del norte de la Península, una idea que seguramente desvirtúa algunos rudimentos del imaginario social.
Pero Duocastella insinúa que se trata de un problema de adaptación a los
usos religiosos a la comunidad de origen. Y añade: “Las pérdidas de la practica
religiosa entre los inmigrantes no son generales: dependen del grado se “sociabilización”
de tales prácticas. Cuanto más se resientan éstas del contexto social en el que
se desenvuelve, tanto mayor es el descenso, cuanto más notable es el cambio. En
consecuencia aquellas prácticas religiosas más personales e íntimas, como el
rezo del rosario, el culto a las imágenes, etc... apenas se resienten del
cambio que se ha producido exteriormente”.
Aún tratándose de comunidades que participan de la misma confesión –todos son católicos- Duocastella advierte un conflicto de adaptación que se expresa, por ejemplo, en el caso de las procesiones: “los 35 que asistían a ellas en el pueblo, pasan a 14 en la ciudad y manifiestan al propio tiempo su desprecio no por las procesiones en sí mismas sino por hacerse de manera muy diferente a su pueblo”.
(1)”Las migraciones en España. Suplemento del Boletín Caritas. Sección social de cáritas española. Madird, 1958
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