de maig 26, 2011

1951: elecciones e inmigración


En las elecciones –si cabe llamarlas así- de noviembre de 1951 en Barcelona ya se hablaba de inmigración. En aquella fecha el régimen franquista convocó por segunda vez unos comicios para renovar los ayuntamientos. Sólo los cabezas de familia tenían derecho a voto y con sus sufragios elegían a cuatro ediles del tercio de los concejales. Era el llamado tercio familiar.

Los diarios de la época se hacían eco de las declaraciones de los once candidatos –todos afines al régimen- sobre la inmigración. Cándido Enériz, que era concejal del gobierno municipal por el tercio sindical, admite en una entrevista concedida a La Vanguardia que el ayuntamiento ha recibido numerosas críticas porque la inmigración está copando la oferta de camas de beneficencia disponibles en la ciudad. Enériz afirma en su defensa que el problema tiene difícil remedio porque la inmigración es imposible de contener si no se toman medidas en las provincias de las que proceden los emigrantes.

Desde mediados de los años cuarenta, el desplazamiento de campesinos de las provincias de Andalucía, Murcia, Castilla y Aragón hacia las grandes ciudades españolas retomó la intensidad que ya había registrado en los tres primeros decenios del siglo XX. La precariedad económica y el deteriorado parque de viviendas de la ciudad impulsaron la extensión del barraquismo. El censo de 1947, elaborado por Carlos Trias Beltrán, cifraba en más de 5.500 el número de barracas de Barcelona en las que vivían, estimaba, unas 26.000 personas.

Luis Rosal Catarineu es otro de los candidatos que se pronunciaba sobre la cuestión en una entrevista a La Vanguardia del día 20 de noviembre. Considera Rosal que la política de viviendas debería dar prioridad a los barceloneses que llevan años hacinados en pisos. “Muchas veces estas familias –afirma- tienen tanto derecho a ocupar las viviendas como los habitantes de las barracas que llevan mucho menos tiempo de residencia en Barcelona”.

El doctor Mariano Pañella Casas comparte también, en unas declaraciones recogidas también por La Vanguardia, la impresión de que el problema de la inmigración y el barraquismo no se resolverá desde el ayuntamiento y reclama la regulación de la inmigración desde “instancias superiores”.

El 24 de noviembre, en Diario de Barcelona, el mítico periodista Del Arco entrevista a Gaspar García Calabuig, un representante de comercio de la Barceloneta que se presenta a las elecciones. En la entrevista del Arco le pregunta sobre las barracas del Somorrostro y Gasparet –tal y como se conoce popularmente al candidato- asegura que el problema requiere mucha humanidad y que “no se les puede echar de la ciudad, así como así".

El mismo Diario de Barcelona en un artículo editorial reclama una inmigración ordenada y legal: “Venid. Si -concluye- Venid cuando dispongáis de hogar y trabajo”